martes, 23 de septiembre de 2008

Las Grandes Bandas –



Earl Hines y la Banda del Lado Sur de Chicago - 1934-1935


“Eran tiempos turbulentos en Chicago. El gansterismo había alcanzado su apogeo en 1929 con lo que vino a ser conocido como la Masacre del Día de San Valentín, y entre los frecuentes visitantes al Grand Terrace estaba Al Capone, de quien se decía poseía una cuarta parte del club”.


Stanley Dance


Nunca fue creado un apelativo más apropiado que cuando Earl Hines fue apodado Fatha (Padre); porque Hines en su ilustre carrera en el negocio del jazz, ha apadrinado variadas castas que permanecen como evidencia de su monumental contribución a la música y al mundo del entretenimiento.


Hines nació en Pittsburgh en 1905 y a mediados de su adolescencia hizo su debut profesional como acompañante del cantante Louis Deppe. En 1923 Hines empezó a trabajar en Chicago en un momento cuando la Ciudad de los Vientos se estaba convirtiendo en la segunda cuna del jazz, absorbiendo variados elementos de los músicos y de la música original de Nueva Orleáns. Trabajó allí con las bandas de Erskine Tate, Carroll Dickerson y Jimmy Noone, y se familiarizó con la persona y el genio de Louis Armstrong, Fue en esas bandas donde desarrolló su colorido y rítmico estilo pianístico, históricamente etiquetado como piano de “estilo trompeta”. El uso por su parte de la mano izquierda para acentuar el ritmo y de la derecha para tocar los rellenos y, más aún, proveer acentos rítmicos, fue nuevo para el jazz. Este estilo, el primer hijo del Padre, eliminó virtualmente el amplio estilo concierto que era la popular concepción jazzística en piano en esos días y, en consecuencia, revolucionó el estilo pianístico en el jazz. Difícilmente habrá un pianista de jazz que no haya, en alguna forma, tomado prestado algo de Hines: Teddy Wilson, Mel Powell, Count Basie, Nat “King” Cole, Jess Stacy, etc.


En 1928, después de realizar su famosa serie de grabaciones con Armstrong, Hines se convirtió en líder de banda, empezando en el Grand Terrace de Chicago, y este salón de baile asumió un papel de pivote en la historia de sus bandas. Antes de finalmente colgar la batuta, Hines regresó a tocar piano con Armstrong en 1947, completando así el ciclo. Las bandas de Hines fomentaron un flujo permanente de algunos de los mayores hombres de jazz, la mayor parte de ellos a través de sus críticas etapas de formación, incluidos Jimmy Mundy, Budd Johnson, Omer Simeon, Trummy Young, Bennie Green, Dizzy Gillespie y Charlie Parker. Gillespie y Parker, por supuesto, se adelantaron para convertirse en los espíritus dominantes del movimiento be-bop. Fue en la banda de Hines, a comienzos de los cuarentas, que el movimiento be-bop estuvo siendo generado, aunque el maestro difícilmente estaba consciente de ello. Sin embargo, Hines fue padre nuevamente, aunque no fuera su culpa.


Hines tal como tenía una rara percepción jazzística, igualmente poseía un agudo instinto para los cantantes. Esta habilidad para elegir vocalistas trajo a su banda una sobresaliente serie de expertos en cuerdas vocales: Herb Jeffries, Walter Fuller, Ida James, Sarah Vaughan, y, por supuesto, Billy Eckstine, el gran “Mr.B”.


Earl Hines y el Grand Terrace fueron para Chicago lo que fueron Duke Ellington y el Cotton Club para Nueva York. Noche tras noche las emisiones radiales de esos clubes contribuyeron grandemente a su popularidad. Durante varios años desde 1934 en adelante, la banda de Hines disfrutó más espacio radial que cualquier otra en los Estados Unidos. Una red llevaba su música desde Chicago a Nueva York, tanto como al interior de Canadá; otra la llevaba de Chicago a California. Escuchando la banda en Kansas City, un joven saxofonista llamado Budd Johnson, se dijo a sí mismo, “si ésta es la última cosa que tengo que hacer, iré a juntarme a esa banda”.


No fue él el único músico que fuera influenciado por los sonidos que venían de Chicago. Count Basie siempre permaneció como uno de los más fervientes admiradores de Hines. En una época hizo buen uso de los arreglos de Jimmy Mundy, quien fue el arreglista principal de Hines durante los años referidos. Los principios, riffs y moldes del jazz de Chicago y de Kansas City tenían muchísimo en común.


Las grabaciones de ese período fueron hechas a medio camino a lo largo del reinado de doce años de Hines en el Grand Terrace. El empleo regular permitió al líder, al igual que a Ellington, mantener por un largo período un personal relativamente estable. Su música, sin embargo, era de un carácter algo más firme, quizás por causa de las diferencias en gustos como las que existían entre las audiencias de Chicago y Nueva York. Ambas bandas estaban comprometidas en esos espectaculares entretenimientos en vivo que eran la mayor atracción en los dos clubes. Ambos estaban obligadamente educados en las formas propias del negocio del espectáculo, y ambos también tocaban para baile, pero parecería que Chicago generalmente favorecía los tempos más fogosos.


En esos días, por supuesto, las grabaciones no eran hechas con la mente de presentarse en colecciones como es ahora. Salían a intervalos, dos lados por vez, y bajo esas condiciones una preponderancia de cualquier tempo en particular era escasamente notada. Era una banda sin malabarismos que daba la impresión que le gustaba “soplar” y que pensaba que su obligación era ritmar. Otras podrían haber sido más pulidas, pero ésta debía haber sido una banda ruda para enredarse en aquellas batallas de músicos que eran entonces tan populares y tan comunes. En las dieciséis grabaciones que ejemplarizan esta banda sólo cuatro son para vocalistas y todas entregadas con un énfasis rítmico notablemente sentimental.


Unas palabras acerca del personal:


Ed Fox quien actuaba como administrador de la banda, falló en registrar al personal oportunamente, y Decca obtuvo una “probable” relación de la unión de músicos de Chicago casi un año después. Este es el personal que ha sido registrado en cantidad de discografías. La no inclusión de Budd Johnson es bastante segura, sin embargo, ya que no se juntó a la banda de Hines hasta mayo de 1935, una semana después que Cecil Erwin se matara en un accidente de autobús cuando la banda estaba en camino al teatro Orpheum en Minneapolis. Sin embargo, Jimmy Mundy revisó cuidosamente estas grabaciones y confirmó que todo el trabajo en saxofón tenor era suyo. En este período, recordaba, Erwin se había vuelto rebelde a tomar los solos. Fue también quien estableció la presencia de Billy Franklin. Severamente dañado en el mismo accidente, Franklin había sido el solista destacado en trombón de la banda, antes del instantáneamente reconocible Trummy Young, quien se juntó en 1933.


El Personal:


Earl Hines, pn.; Charlie Allen, George Dixon, Walter Fuller, tps.; Louis Taylor, Billy Franklin, Trummy Young, tbs.; Darnell Howard, a.sax., cln., vln.; Omer Simeon, a.sax., cl.; Cecil Erwin, Jimmy Mundy, tn.sax.; Lawrence Dixon, gt.; Quinn Wilson, cb.; Wallace Bishop, bat., Chicago, 1934-1935.


The Palmer Brothers, trio, en Disappointed in Love y Rhythm Lullaby. Walter Fuller en Rosetta y Julia.


Los Temas:


That’s a Plenty, Fat Babes, Maple Leaf Rag, Sweet Georgia Brown , Rosetta, Copenhagen, Angry, Volverine Blues, Rock and Rye, Cavernism, Disappointed in Love, Rhythm Lullaby, Japanese Sandman, Bubbling Over, Blue, Julia.



Carlos Alberto 23/09/2008

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